martes, 4 de septiembre de 2012

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 9)


Los entrenamientos los realizábamos en un jardín cercano a la casa de Edu, los controlaba la misma persona que me había hecho el documento diciendo que había padecido catalepsia. Resultó llamarse Mario, había participado en numerosos enfrentamientos frente a vampiros, por lo que él era quien nos enseñaba todo lo necesario para sobrevivir frente a uno, el problema era que necesitábamos mucho entrenamiento para enfrentarnos a un ejército y disponíamos de muy poco tiempo, al darse cuenta de ello Edu comenzó a mostrarse más frío y distante, pensaba que era por miedo, hasta que un día decidí hablar con él sobre ello:
-          Amor, ¿se puede saber qué te pasa últimamente?, te noto extraño, distante… sabes que puedes contármelo, puedes confiar en mí.
Se quedó callado mucho rato, y cuando me decidí a marcharme, antes de que me fuera del todo, respondió:
-          ¿de verdad quieres saberlo? – dijo, yo asentí… - que me siento culpable, despreciable, una mala persona… y mala se queda muy, pero que muy corta…
-          Pero, ¿por qué?
-          ¿Que por qué?, por meterte en esta mierda de lío, porque puedes morir por mi culpa, porque no debería haberte convertido, porque si no te hubiera convertido no habrías tenido que pasar por todo aquello de la catalepsia, no te habrían enterrado viva, y no estarías a punto de participar en una guerra en la que hay muchas probabilidades de que mueras….
-          Pero a mí me gusta ser lo que soy ahora, mucho más que antes, lo de la catalepsia es una interesante y divertida historia que contar dentro de unos años… y no me ha molestado que me enterraran viva porque con ello he superado un poco el miedo a la muerte, y hay las mismas probabilidades de morir que de sobrevivir…  así que no hay que mirar la peor siempre, es mucho mejor mirar la mejor, animarte e ir con ánimos, porque si vas decaído, pensando que vas a morir , lo más probable es que suceda – me estremecí al decir esto último, Edu no pareció notarlo, continué hablando – pero en cambio si vas con optimismo, si piensas que vas a vencer… vencerás.
Me prometió que pensaría en ello y que intentaría animarse y dejaría de culparse, esto último no lo había conseguido aún cuando llegó el momento de luchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario