martes, 4 de septiembre de 2012

"Nueva historia" - capítulo 1


“Hará ya unos cinco años cuando le conocí, en aquel entonces yo era una chiquilla que soñaba con salir de esta taberna y recorrer mundo y aventuras como las que había leído en los pocos libros de los que disponíamos, como si alguien hubiera oído mis deseos apareció él dando un portazo, huyendo de algo que yo no sabía qué y pidiéndome que le escondiera…
-          Tabernera, le pido por favor que haga el favor de esconderme, algo terrible me acecha allí fuera –dijo señalando a la puerta- y necesitaría un lugar donde alojarme un par de semanas o quizá un poco más hasta que el peligro pase…
-          Bueno, lo cierto que yo no tengo permiso para dejar pasar a nadie, es mi padre quien lo lleva y en estos momentos está de viaje…- se puso de rodillas, como suplicando- bueno, no se ponga usted así, hay una habitación libre… puede quedarse allí pero, ¿dispone usted de dinero para pagarla?
-          Oh, por dinero usted no se preocupe señorita, la habitación será pagada, pero aún no…
-          Está bien, acompáñeme, la habitación se encuentra en el piso de arriba, es bastante pequeña y en estos instantes no está muy limpia dado que en un principio no iba a alojarse nadie, ¿piensa quedarse mucho? – hizo ademán de hablar pero me adelanté pues acababa de recordar lo que me había dicho minutos antes- a si, mínimo dos semanas, ¿no?
Asintió con la cabeza y no volvimos a decir nada hasta que llegamos a su habitación.
-          Mañana me pasaré  a limpiar un poco… ¿A qué hora le vendría bien?
-          Sinceramente le agradecería que no entrara durante mi estancia aquí…
-          Umm, de acuerdo pero le recuerdo que la habitación está bastante sucia…
-          No se preocupe, estoy acostumbrado a vivir entre basura- dijo casi susurrando, como si fuera solo un pensamiento en voz alta.
Me despedí de él  y volví a la barra pensando de qué se escondería aquel hombre y quién sería, pues no me había dicho ni su nombre…

"Nueva historia" (sin título aún) - Introducción


-¡Eh! Mirad esa foto,  yo conocí a ese hombre, una mala persona, sí, eso es lo que era, robaba a todo el que se cruzaba por su camino… Es el peor hombre que he conocido…
-¡Pero que está usted diciendo!, quizá lo fuera en su día, pero cambió, vaya que sí, yo lo vi y lo viví junto a él y estoy dispuesta a contarles la historia, si ustedes lo desean, para demostrar lo que estoy diciendo.
- Vaya, a ver si me hace cambiar de opinión, cosa que dudo, coja asiento tabernera que tenemos toda la noche por delante para conocer su historia.

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 11)


Llegó el viernes, fuimos a casa de Mario a la una y media para ayudar a preparar cosas, su mujer y su hermana estaban allí, ambas tenían mi edad, una se llamaba Marylin y la otra Carmen, nos hicimos amigas en ese mismo momento, y pasamos a íntimas con el paso de los años.
La fiesta fue fantástica y también nos quedamos al picnic. Conocí a todos y me cayeron bastante bien, excepto dos chicas, que eran primas, Lucía y Carla, ambas eran muy egocéntricas. Sinceramente pensaba y sigo pensando que yo a ellas tampoco les caí lo que se dice bien por tanto no me importó.
*** Dos años después***
Estaba realmente nerviosa, era nada más y nada menos que el día de mi boda con Eduardo. En cierto modo era muy precipitado y ambos lo sabíamos, pero también sabíamos que nuestro amor sería para siempre. Esto fue una de las principales razones que nos llevaron a casarnos.
La que costó más convencer fue a mi madre.
-          ¿Estáis locos? – había dicho – sois demasiado pequeños para casaros y además, tampoco lleváis tanto tiempo juntos. ¿Y si os dejáis de gustar?, ¿y si os perdéis muchas cosas por el hecho de casaros tan pronto?, ¿y si…?
-          ¿Y si cae un meteorito a la tierra y nos morimos todos? – le había contestado ya algo molesta por tantos “¿y si…?” – mamá, sé que te parecemos muy jóvenes para casarnos y todo eso pero aunque a ti te parezca poco, dos años juntos nos parece tiempo suficiente para tomar esta decisión, además sabemos que nuestro amor no se va a acabar así como así.
Eduardo parecía tener intenciones de explicarle lo del noveno hijo de la familia y toda esa historia pero una mirada mía le bastó para darse cuenta de que mi madre no lo entendería.
Pasó más tiempo del que me habría gustado hasta que mi madre terminó aceptándolo y respecto a mi padre… él se enteró cuando ya estábamos casados. Se enfadó bastante por no haberle avisado aunque él estuviera de maniobras en otro sitio y esas cosas pero bueno, eso es otra historia.
El tema de la boda fue mejor del que jamás hubiera imaginado:
Fue una boda de ensueño, y no es por exagerar. Se celebró en el mismo sitio en el que años atrás había sido la batalla, al ser mediados de primavera todo estaba lleno de flores y además media hora antes había llovido, y ahora había un sol espléndido, por lo que se había formado un enorme arcoíris muy brillante. Se celebró por la tarde, casi por la noche, así que cuando acabó fuimos todos a cenar a un bonito restaurante del pueblo vecino, mi madre quería que le hiciéramos un poco de guías, pues supuestamente ya habíamos estado allí, pero como no teníamos ni idea de donde estaban las cosas le pusimos la excusa de que ese día era nuestra boda y no nos apetecía y le bastó.
Poco a poco los invitados se fueron marchando y, cuando me despedí de Carmen, ésta me pasó una nota que leí al día siguiente y que decía:
“Cuando acabes de tu luna de miel, fiesta de chicas en mi casa, esta vez toca contar como nos convertimos en Shiztrems y tu iniciación a nuestro pequeño grupo, no te asustes, no es nada raro… será en mi casa. Besos de Marylin y Carmen. Pd: la casa es la de Carmen”

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 10)


 No podíamos permitir que los vampiros se acercaran mucho al pueblo, por lo que fuimos a su encuentro, le dije a mi madre que me iba de fin de semana con Edu a un pueblo cercano de la ciudad y se lo creyó. No nos dio tiempo a alejarnos demasiado, pues ya estaban cercanos al pueblo y los encontramos en seguida. Cuando me quise dar cuenta ya había muchos luchando, mi misión era esconderme hasta que quedaran unos pocos y atacar a estos, pues, al ser la última que se había convertido en Shiztrem, lo más probable era que me mataran enseguida y en ese caso no serviría para nada. Encontré un gran matorral cercano que invadía casi dos metros cuadrados y me metí en medio, no sé cuánto tiempo pasé allí, una hora, tal vez dos o incluso solo media. En el preciso momento que me asomé Eduardo estaba acorralado entre cuatro vampiros que estaban a punto de matarle, no sé como lo hice y aún no sé muy bien que hice, no me dio tiempo ni a pensar, grité una cosa muy extraña en una lengua que ni siquiera conocía y todos los vampiros que quedaban, que en realidad eran solo seis de los veinte aproximadamente que había en un principio, quedaron inconscientes, al igual que yo por el esfuerzo, podrá parecer una tontería lo del esfuerzo pues solo grité pero luego me contaron que lo que había hecho no era un simple grito como yo pensaba si no que era un poder muy particular que solo tenían cinco Shiztrems en el mundo que consistía en lanzar una especie de conjuro en Tükçe que debilitaba a un máximo de diez vampiros dejándolos inconscientes pero la energía que se necesitaba para lanzarlo era tal que te debilitaba a ti mismo, cuando desperté estaba en una habitación de una cabaña, Edu me contó que, al estar los vampiros inconscientes los habían acabado de matar sin problemas y que de los nuestros solo había fallecido uno, pero ya era muy infeliz y había intentado suicidarse varias veces así que, en el fondo, le habían hecho un favor al hombre. En la misma habitación en la que yo me encontraba había más personas heridas, muchas más, y solo quedaban nueve de los veinticinco que éramos en pie, curando y atendiendo a los demás. Edu me dijo que debía descansar y, en cuanto apoyé la cabeza me quedé profundamente dormida. Cuando desperté estaba en la casa de Edu, habían pasado tres días y la mayoría de los heridos ya estaban curados. Cuando pude pensar con claridad me acordé de que a mi madre le había dicho que solo íbamos a pasar fuera un fin de semana y ya llevaba cuatro días, en seguida se lo dije a Edu…
-          No te preocupes por eso – respondió – he telefoneado a tu madre y le he contado que había ocurrido un problema con el hotel en el que nos alojábamos y tendríamos que quedarnos hasta el viernes.
-          Siempre estás en todo… menos mal, te quiero.
-          Bueno aprovechando que tenemos tres días para nosotros solos y tú ya estás bien… ¿Qué te apetece hacer?
-          Umm… ¿qué te parece si damos un paseo de momento?
-          Tus deseos son ordenes- y me guiñó un ojo, cuando íbamos a salir por la puerta sonó su móvil.
-          ¿Sí? – Silencio – Oh vale, por nosotros ningún problema- Silencio, ésta vez más largo que el anterior – Vale, ¿tenemos que llevar algo? – Silencio – Ok, adiós, besos.- colgó.
-          ¿Qué pasa? – le pregunté
-          Era Mario, dice que han pensado en hacer una fiesta el viernes en su casa para celebrar la victoria, será a las dos de la tarde, comeríamos allí y nos iríamos cuando quisiéramos, y si todos estamos de acuerdo a las 6 haríamos picnic. No hace falta que llevemos nada.
-          Oh, vale.
-          Además será una buena oportunidad para que conozcas a todos…

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 9)


Los entrenamientos los realizábamos en un jardín cercano a la casa de Edu, los controlaba la misma persona que me había hecho el documento diciendo que había padecido catalepsia. Resultó llamarse Mario, había participado en numerosos enfrentamientos frente a vampiros, por lo que él era quien nos enseñaba todo lo necesario para sobrevivir frente a uno, el problema era que necesitábamos mucho entrenamiento para enfrentarnos a un ejército y disponíamos de muy poco tiempo, al darse cuenta de ello Edu comenzó a mostrarse más frío y distante, pensaba que era por miedo, hasta que un día decidí hablar con él sobre ello:
-          Amor, ¿se puede saber qué te pasa últimamente?, te noto extraño, distante… sabes que puedes contármelo, puedes confiar en mí.
Se quedó callado mucho rato, y cuando me decidí a marcharme, antes de que me fuera del todo, respondió:
-          ¿de verdad quieres saberlo? – dijo, yo asentí… - que me siento culpable, despreciable, una mala persona… y mala se queda muy, pero que muy corta…
-          Pero, ¿por qué?
-          ¿Que por qué?, por meterte en esta mierda de lío, porque puedes morir por mi culpa, porque no debería haberte convertido, porque si no te hubiera convertido no habrías tenido que pasar por todo aquello de la catalepsia, no te habrían enterrado viva, y no estarías a punto de participar en una guerra en la que hay muchas probabilidades de que mueras….
-          Pero a mí me gusta ser lo que soy ahora, mucho más que antes, lo de la catalepsia es una interesante y divertida historia que contar dentro de unos años… y no me ha molestado que me enterraran viva porque con ello he superado un poco el miedo a la muerte, y hay las mismas probabilidades de morir que de sobrevivir…  así que no hay que mirar la peor siempre, es mucho mejor mirar la mejor, animarte e ir con ánimos, porque si vas decaído, pensando que vas a morir , lo más probable es que suceda – me estremecí al decir esto último, Edu no pareció notarlo, continué hablando – pero en cambio si vas con optimismo, si piensas que vas a vencer… vencerás.
Me prometió que pensaría en ello y que intentaría animarse y dejaría de culparse, esto último no lo había conseguido aún cuando llegó el momento de luchar.