miércoles, 26 de octubre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 7)

Entré en mi casa, mi madre aún no había llegado, me extrañe y me preocupé, pero luego recordé que hoy había salido antes… me estaba preocupando demasiado, sí eso sería… y seguramente fuera también lo que me estaba pasando con Eduardo… pero estaba preocupada, se me pasó por la cabeza llamarle pero luego me acordé de que no tenía su número, aun así me aburría y quería ponerme a escuchar música y el sitio en el que más música tenía era en el móvil así que me puse a buscarlo, pero…¿dónde estaba? Lo busqué por todas partes pero no aparecía, encontré un móvil pero no era el mío, era el de mi madre… aun así lo cogí, pero solo para llamarme, no sonaba nada pero estaba llamando, daba señal… entonces me acordé, el bosque… mi desmayo… se me debió quedar allí entonces. Pero no podía ir allí y menos después de lo que acababa de pasar. ¿Qué iba a hacer? Si mi madre se enteraba me mataba y si iba a por él el triple… estaba hecha un lio.
Entonces empezó a sonar la llave abriendo la puerta… era demasiado tarde para pensar, demasiado tarde para haberse dado cuenta, no tenía otra opción, tenía que ir al bosque, buscarlo, pero mi madre no se podía enterar de nada… entonces pensé en Marce y una idea pasó por mi mente…
-          Ya estoy en casa – dijo mi madre, y al ver que me estaba preparando para salir añadió - ¿dónde vas?
-          Voy a casa de Marce a ayudarle con unos deberes de ayer y a consolarle un poco – mentí, cosa que cada vez se me daba mejor…- está muy afectado por lo del profesor…
-          De acuerdo pero ten cuidado y a las 10 como muy tarde te quiero en casa.
Miré el reloj, eran las 5. Esperaba tener tiempo de sobra para encontrar rápidamente el móvil y volver. No quería pasarme mucho tiempo en aquel bosque. Cuando iba a salir por la puerta mi madre dijo:
-          ¿Pero tienes mucha prisa? Es que me gustaría que me hicieras un favor…
-          Dime – le respondí extrañada cerrando otra vez la puerta.
-          No sé si te habrás enterado de las leyendas que van contando sobre vampiros…
-          Sí, me lo han contado, ¿por?
-          Pues verás, ya sabes que a mí no se me da bien el tema del ordenador así que me gustaría que buscaras algo sobre ese tema antes de irte.
Me extrañé mucho, yo había creído la historia de Marce, pero a mi madre se le notaba muchísimo el miedo en los ojos.
-          Ahora me pongo – la dije
Encendí el ordenador, no sabía bien donde buscarlo pero aun así puse en Google: VAMPIROS
3.690.000 resultados, eran demasiados pero tendría que mirarlos…
Tras mucho mirar tan solo me quede con pocos datos: se movían muy rápido, se alimentaban de sangre y solían vivir en lugares en los que había poca población. Solían actuar de noche pero eso podía variar depende del hambre que tuvieran, y después de cazar se tenían que ocultar durante un día (ese dato, sin saber por qué, captó mucho mi atención, no ponía el motivo por el que se tenían que ocultar así que me quedé con las ganas de saber más, aunque lo dejé pasar…)
Eso fue lo que le dije a mi madre que había encontrado, no era mucho y no pensaba que le sirviera de algo, pero parecía haberla tranquilizado. Supongo que saber algo de la persona o cosa a la que te enfrentas tranquiliza… Me despedí de mi madre y salí. Cuando me aseguré bien de que no me veía nadie tomé el camino contrario a la casa de Marce, en dirección al bosque.
No tardé mucho en llegar…
A pesar de que tan solo eran las 6:15 en el bosque parecía de noche, pues los árboles eran tan grandes que prácticamente tapaban la luz. Esto era un problema dado que no me había dado cuenta y no disponía de ninguna luz que me ayudara a buscar mi móvil. Me maldije una y otra vez por ello mientras gateaba dando golpes en el suelo con las manos para ver si lo encontraba. Me tire así mucho rato hasta que hallé una roca en la que daba el sol, me senté en ella y miré el reloj. Eran ya las 7 pasadas. En ese momento algo que brillaba en el suelo me llamó la atención, me acerqué y lo cogí, no me lo podía creer: era mi móvil. Cuando lo fui a coger toqué a la vez algo húmedo, me figué atentamente, aquello húmedo que estaba al lado de mi móvil y que, ahora que me daba cuenta, también había por algunas partes de él era sangre. Me quedé inmóvil, nunca me había asustado ver sangre pero en ese preciso instante estaba aterrorizada, no por el hecho de que fuera sangre, si no por el cómo habría llegado allí. Tras unos minutos comprendí: aquella sangre debería ser de Gonzalo González, el profesor que había muerto ayer. Me tranquilicé un poco, pero no me duró mucho por dos motivos:
1-     Recordé que el bosque era muy peligroso
2-      Volví a ver la sombra de ayer, esta vez moviéndose aun más rápido
La sombra se acercó a mí y me empujó tan rápidamente que solo me di cuenta de lo que había pasado cuando me encontraba en el suelo. Me entró un miedo terrible y tuve ganas de gritar, pero se me pasaron al sentir esa sensación que tenía con Eduardo y al darme cuenta de que era a él a quien tenía encima. Él no pareció darse cuenta de que era yo, o tal vez sí y le dio igual, no sé qué pensaría él en ese instante, solo sé que abrió muchísimo la boca y que enseñó unos grandes colmillos como si estuviera a punto de morderme. Justo en ese momento se paró en seco y se dio cuenta de que era yo, se apartó rápidamente y me pidió disculpas…
-          ¿Otra vez aquí?- preguntó- Ya te dije lo peligroso que es este bosque, además ayer murió el señor González doble G… - se cayó cuando se fijó que estaba muy pálida y con los ojos dilatados por el miedo, al cabo de unos segundos dijo casi susurrando – Ven conmigo, te llevaré a un sitio menos peligroso…
Le seguí sin saber por qué, mis pies se movían solos y parecía una autómata. Cuando me quise dar cuenta habíamos llegado a un prado precioso y era de noche, miré el reloj, realmente solo eran las 9…
Nos sentamos y nos pusimos a hablar como si nos conociéramos de toda la vida en cuanto se me pasó el miedo… luego los dos nos mantuvimos en silencio y nos tumbamos cogidos de la mano, en ese instante supe que él también se había enamorado de mí…
Sin darme cuenta me había puesto a pensar en voz baja, casi susurrando, pero como si estuviera hablando con él…
-          Te mueves muy, muy rápido; vives en este pueblo perdido donde no hay mucha gente; las dos veces que te he encontrado en este bosque era casi de noche y a pesar de que es peligroso siempre te encuentro aquí; y ayer murió el señor Gonzalo y hoy has faltado a clase…- todas las piezas del puzle empezaban a encajar…- eres… un…
-          Dilo sin miedo- dijo.
-          Vampiro. – solté sin respirar.
-          ¿¡Qué!?, ¿de verdad piensas eso?- se puso a reírse estrepitosamente…
-          No tiene ninguna gracia – le dije en un susurro, temblando y pálida.
-          Sí, sí la tiene – dijo, dejándose de reír al verme así- No soy un vampiro, Eli. Soy un Shiztrem…
-          ¿Un qué?- pregunté, dándole a entender que no sabía lo que significaba aquello.
-          Un Shiztrem, los Shiztrem somos caza vampiros. Tenemos prácticamente sus mismas habilidades: nos movemos rápido y tenemos grandes colmillos. Vivimos en lugares apartados porque es donde viven los vampiros y donde les podemos dar caza sin problemas y cada vez que matamos o tan solo perseguimos a un vampiro necesitamos un día entero para descansar porque acabamos agotados…
Eso también encajaba bastante, y explicaba por qué no me había mordido antes, entonces recordé las marcas del cuello de Gonzalo y comprendí lo que sucedía…
-          Entonces hay un vampiro en el bosque, el mismo que mató al señor Gonzalo, y tú le estás dando caza…
-          Casi, hay más de un vampiro, una manada se podría decir, la más grande que se ha visto en años… y somos varios cazadores.
Entonces nos quedamos en silencio, mientras, yo asimilaba todo aquello, pero después de todo lo que había pasado le creí…
En ese momento una gran luna iluminaba nuestros rostros, cara a cara, los dos muy cerca el uno del otro… podía sentir su respiración a menos de un centímetro de mi cara, cerramos los ojos, parecía que nos íbamos a dar un beso pero en ese mismo instante Edu me mordió fuertemente el cuello, no sentí dolor, pero sí miedo y chillé. Después me desmayé…

lunes, 3 de octubre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 6)

Al salir Marce me estaba esperando como me dijo, tenía los ojos enrojecidos…
-          Hola – me dijo con una media sonrisa pintada en la cara, al darse cuenta de que me había fijado en que había llorado añadió- era mi profesor desde hace 7 años…, bueno será mejor que te lo cuente, ¿no?
-          De acuerdo… - por una parte quería hablar con él sobre su profesor, ayudarle y animarle un poco. Por otro lado pensaba que era mejor distraerle un poco, además que quería que me lo contara.
-          Pues verás, el bosque siempre había sido un lugar muy tranquilo y apacible, todos los niños iban siempre a jugar allí, y hay por el final del todo un claro precioso que da a un acantilado donde, siempre que hay luna llena, se ve enorme, como si la pudieras tocar de lo cerca que parece esta, es precioso, muy digno de ver y también era el motivo por el que venían muchos turistas…, pero hace un año más o menos apareció muerto un hombre en el bosque, tenía algo parecido a una mordedura en el cuello, todos pensamos que había sido un animal, era lo más probable a pesar de que nunca había habido animales salvajes por aquella zona. Pero un hombre que vive en la colina dijo: “han vuelto, no ha sido un animal, sino personas, por así llamarlo, muertos que se alimentan de sangre, hacía mucho que no aparecían, pensábamos que ya no existían pero ahora que han vuelto nadie está seguro aquí…” Sabes a lo que me refiero, ¿no? A vampiros… la mayoría de la gente no se lo creyó, yo al principio tampoco, pero a los 6 meses o así murió otra persona con la misma marca en el mismo sitio, y luego otra… y a esa última la vi yo una vez muerta, vi su marca en el cuello y te puedo asegurar que eso no era un animal, fue por eso por lo que empecé a creerme la historia del hombre….
-          Ciertamente si es difícil de creer… pero si te soy sincera me lo creo…. – mis palabras eran sinceras aunque no estaba del todo convencida de que sonaran así o parecieran mentira. Ante la duda aclaré - Lo que me ha convencido a sido lo último que me has dicho… si tú has visto la mordedura y crees que no es de un animal me lo creo, la verdad.
Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a la puerta de mi casa…
-          Bueno, será mejor que entre… mañana te veo en el instituto, adiós – dije.
-          Adiós.
Fue una despedida tan seca que dudé si el que no me había creído era él a mí. El hecho era que después de haber leído tantos libros sobre vampiros y haber escuchado tantas historias pensando siempre que eran leyendas inventadas, descubrir ahora que todo era verdad daba un gran giro a mi aburrida vida de un modo que nunca habría sido capaz de imaginar.

martes, 27 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 5)

A la mañana siguiente mi madre insistió varias veces en acompañarme, pero le recordé que iba a llegar tarde al trabajo y le juré que ya me había aprendido el camino (aunque tuve que cruzar los dedos detrás de la espalda porque, aunque ayer me lo sabía un poco… hoy se me había vuelto a olvidar.)
Al final conseguí ir sola y, aunque me pareció muy raro, llegué a la primera. Pero por el camino tenía la sensación de que alguien me seguía y me observaba… al principio pensé que sería mi madre, pero luego me acordé de que era imposible, porque ella se había ido a trabajar antes de que yo saliera de casa y su trabajo estaba en dirección contraria. Había comenzado a andar rápido varias veces y esa sensación no se quitaba, ahora que había llegado tampoco había conseguido quitármela.
El timbre sonó y me sacó de mis pensamientos, vi a Marce a lo lejos acercándose saludándome, era muy amable y tenía la sensación de que nuestra reciente amistad duraría mucho tiempo.
-          Hola Eli, ¿qué tal ayer?, me enteré de que te perdiste… ¿estás bien?
-          Hola Marce, bien, ¿Y tú?, si que se entera la gente rápido de las cosas en este pueblo… sí, gracias por preguntar…
-          Jajá, la verdad es que si se entera rápido pero esta vez no. Yo me he enterado porque mi padre es uno de los policías que fueron a tu casa para hablar con tu madre…. Todos teníamos miedo de que te hubieras perdido en el bosque, es muy peligroso estar por allí, y más si no sabes lo que te puedes encontrar, como es tu caso…
-          Algo había oído, sí. Pero… ¿por qué es tan peligroso? Y ¿qué es lo que me puedo encontrar? – le pregunte, tenía esa duda desde que me lo dijo el día anterior Eduardo. Parecía ser que no había exagerado…
-          Aquí será mejor que no te lo cuente, aunque tampoco sé si me vas a creer… a la salida del instituto te paso a buscar a tu clase, si quieres te acompaño a casa y así me aseguro de que no te pierdas – guiñó un ojo mientras lo decía – y te lo cuento.
-          Vale, entonces ahora será mejor que entremos en clase, ya no hay nadie por aquí, han entrado todos.
La verdad era que me acababa de enterar de que nos habíamos quedado solos, si no se lo habría dicho antes…tuvimos que correr mucho para poder llegar a tiempo a clase, el profesor aún no estaba allí. Me extrañé bastante pues ya llegaba con 10 minutos de retraso. En el momento que me senté entro la directora. Era la primera vez que la veía, iba muy seria y cabizbaja. Cuando llegó al centro de la clase levantó la cabeza y nos dijo:
-          Vuestro profesor ha aparecido m… muerto esta mañana en el bosque, supongo que ya sabrán todos lo peligroso que es… hay gente que puede creerse la historia y gente que no, pero solo sabemos que es el 4º muerto con las mismas marcas que los otros. En la siguiente clase iremos todos al patio para hacer un minuto de silencio por él… hasta luego y pórtense bien en esta guardia.
Durante la guardia nadie hablo, yo estaba muy asustada, muerto en el bosque, en el mismo bosque que yo me había perdido, en el mismo bosque en el que había encontrado a Eduardo… por cierto, ¿dónde estaba? Me acababa de dar cuenta de que Eduardo no había asistido a clase ese día, ¿dónde estaría?, ¿le habría pasado algo? Empecé a ponerme muy nerviosa, demasiado. Luego pasé a tener miedo, muchísimo miedo… ¿y si le había pasado algo al volver a su casa después de acompañarme?, ay madre, me iba a dar algo… sonó el timbre y vino un profesor para llevarnos al patio… al principio guardamos un minuto de silencio, luego la directora comenzó a hablar:
-          Gonzalo, conocido por muchos como señor González doble G, profesor de este instituto durante 29 años y… como muchos sabréis… mi  marid…o – no pudo seguir, echó a llorar. Una de las profesoras fue a consolarla mientras que otro profesor fue a continuar hablando…
-          Fue un gran hombre y una gran persona, muy buen profesor y amigo… una persona muy querida por todos nosotros. Su recuerdo siempre quedara en nuestra memoria, y queremos aprovechar este momento para recordaros que NUNCA vayáis al bosque. Con esto queremos pediros un último minuto de silencio y hoy dejaremos el día libre.
Nadie se alegró por el día libre, debía ser un profesor muy querido por todos, en mi único día en el instituto con él ya me había parecido muy amable… vi derramar más de una lagrima, no solo de profesores, también de alumnos, e incluso yo derramé algunas, pero aparte de por el profesor por el miedo de haber estado el día anterior en el mismo bosque y por miedo de lo que le hubiera podido pasar a Eduardo…

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (Capítulo 4)

Ya casi habíamos llegado cuando Eduardo se paro.
- ¿Qué pasa?- pregunté
                    - Nada, que yo ya me quedo aquí… - dijo mirando al infinito, o eso creía… mire en la dirección de sus ojos y vi que miraban fijamente a un coche de policía que había en frente de mi casa, mi madre ya se había preocupado demasiado…, pero… ¿por qué se quedaba allí?, ¿tendría problemas con la policía? Lo dudaba…
        - De acuerdo, mañana nos vemos en el instituto…
Fui rápidamente hacia la puerta al ver que mi madre salía para hablar con uno de los policías… ¿qué iba a explicar ahora?, seguramente le diría la verdad, que me había perdido por el bosque y había vuelto acompañada de Eduardo… pero, si era verdad que el bosque era tan peligroso como me había dicho, mi madre se pondría histérica… y además Eduardo no había querido acompañarme hasta la puerta y se había quedado mirando fijamente al coche de policía… si tenía problemas con la policía no era lo mejor decir que él me había encontrado y acompañado… deje de correr y me paré en seco, pero era demasiado tarde, mi madre ya me había visto y se acercaba corriendo a mi… ¿qué iba a decirla?
       - ¡ELISA! – dijo gritando y me abrazó - ¿se puede saber dónde estabas?, me tenías preocupadísima, ya ves que he llamado incluso a la policía…
       - Pues ya le puedes decir que se vayan y tranquilizarte, ya estoy aquí, simplemente me perdí de vuelta a casa… este pueblo es muy pequeño y se acaba pronto así que cuando me quise dar cuenta estaba andando por la carretera y me había perdido… pero conseguí encontrar el camino y al fin he llegado, respira hondo mamá, estás muy nerviosa.
No me lo podía creer, lo había conseguido a la primera… con lo mal que se me daba, y se me sigue dando, mentir… no sabía si mi madre me habría creído o no, así que me puse nerviosa…
       - Dónde tendrás la cabeza, me has dado un susto de muerte, espero que ya te hayas aprendido el camino, es una lástima que no te pueda acompañar porque si no… y no es que no pueda porque no quiera, que si quiero, si no porque he encontrado trabajo.
       - Eso es genial, ¿de qué vas a trabajar?
       - Ejem, ejem… lamento interrumpir su charla y su reencuentro señoritas, pero quisiéramos saber si ya nos podemos marchar… - dijo uno de los policías.
       - Oh, por supuesto, mil gracias por todo. Lamento las molestias – respondió mi madre rápidamente.
Los policías se marcharon y mi madre y yo entramos en casa, estuvimos hablando toda la tarde, más que nada sobre su nuevo trabajo… luego hice los deberes y nos fuimos a cenar, durante la cena continuamos hablando, era la primera vez en mucho tiempo que hablábamos tanto.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (Capítulo 3)


Al fin entré, el profesor me miró y me presentó, y yo que no quería llamar la atención…
         - Bueno chicos, esta es Elisa… es nueva y además viene de una ciudad, pero espero que la traten bien y que la ayuden a acostumbrarse al instituto, no es lo habitual adaptarse en el 2º trimestre, además cuesta mucho más… - y dirigiéndose a mí añadió: - siéntese en aquel sitio vacio, al lado del señor Pérez…  ¡EDUARDO, QUITE SU MOCHILA DEL ASIENTO Y DEJE SENTARSE A SU COMPAÑERA!
Eduardo quitó la cartera mascullando algo, tenía la sensación de que acababa de hacer un enemigo…
Me senté donde me había dicho, le dije hola pero no respondió, y le dije por lo bajo perdón… me miró sorprendido pero rápidamente apartó la vista y siguió sin decir nada… la primera clase se me pasó larguísima… volvió a sonar el timbre, por fin se acabó, de repente toda la gente se acercó a mi… ay madre…
Tras responder a varias preguntas tipo: ¿de dónde eres?, ¿Cuántos años tienes?, ¿tienes Tuenti o correo?... suena de nuevo el timbre… ¡menos mal!
El resto del día se pasa mejor, más rápido y con menos preguntas… al fin acaban las clases… ahora solo esperaba no volverme a perder y llegar bien y pronto a mi nueva casa…


Vale, no tenía ni la menor idea de donde estaba… ¿esto era un bosque?, definitivamente no era mi día… primero me perdí para llegar, luego la vergüenza que había pasado, luego lo de Eduardo, y ahora aquello…. Me di por vencida y me senté en una piedra grande que había a mi lado… me puse a pensar… la mayoría eran recuerdos, en Madrid no había bosques como este, en mi vida habría imaginado que acabaría perdida allí… luego mis pensamientos se fueron para Eduardo, había algo extraño en ese chico, no suelo creer en esas cosas de las energías y todo ese cuento chino, pero cuando me acerqué a él había sentido algo extraño… allí me había gustado esa sensación, pero ahora me daba miedo y no lograba comprender qué era… sabía que esa sensación no era amor, ya había estado enamorada y no era lo mismo… aunque cada vez que más pensaba en él si me enamoraba… pero era una estupidez, si ni siquiera había hablado con él, solo sabía su nombre y por el profesor, además creía que no le caía bien… ¿cómo se puede querer a alguien que ni si quiera conoces?,  eso sí era nuevo… las veces que me había enamorado conocía a la persona… y nunca había sido tan fuerte lo que sentía, estaba claro que lo que sentía por ese chico era algo más que amor, era esa sensación extraña a la que aún no había encontrado nombre…
Una extraña sombra me sacó de mis pensamientos sobresaltándome… me levanté lentamente de la piedra… casi sin hacer ruido, sería un animal pero… se había movido tan rápido…
Estaba paralizada por el miedo, no podía pensar, noté algo a mi espalda y otra vez la misma sensación que había sentido con Eduardo… pero no podía ser él el dueño de esa sombra… ya era difícil creer que fuera de un animal, aun menos que fuera de un humano… me giré muy lentamente… y, para mi sorpresa allí estaba él, blanco como la nieve… mirándome fijamente sudoroso… como con miedo, como si hubiera visto un fantasma… me atreví a hablar, más bien a tartamudear…:
-          Ho…hola, ¿q...que haces aquí?, y ¿q…que te pasa que es…tas tan pálido?
-          ¿QUÉ HACES EN ESTE BOSQUE? ¿NO SABES LO PELIGROSO QUE ES? ¡¡DEVERIAS ESTAR YA EN TU CASA COMIENDO O HACIENDO LO QUE TE DIERA LA GANA!!- gritó.
Del susto y de la impresión por los gritos, mas todas las emociones vividas en ese momento me desmayé… era la primera vez que me pasaba, aunque mi cabeza no llego a tocar el suelo, algo o alguien me cogió antes, pero era imposible que me hubiera cogido él, estaba demasiado lejos para que le hubiese dado tiempo… ¿o tal vez no?
Después de eso solo recuerdo oscuridad y creo que me estaba moviendo, aunque se mezclaba con la extraña sensación que solo sentía con él, todo me daba vueltas… conseguí abrir los ojos, aunque los tuve que cerrar de nuevo por el gran mareo que cogí, ¿cómo era posible que nos moviéramos tan rápido?
De repente todo paró, incluso me pareció que el tiempo también, había conseguido que se me pasara el mareo, algo es algo, tenía la cara en su pecho, olía bien, aunque no a colonia…, quería quedarme así, en sus brazos y en tranquilidad siempre… o por lo menos un largo rato… pero todo lo bueno pronto se acaba, así que decidí abrir los ojos… lentamente, no vaya a ser que me volviera a cegar como esa mañana en clase… al ver que reaccionaba me bajó al suelo, y se agachó a mi lado…
-          ¿Estás bien? – me preguntó en voz baja – lamento haberte gritado antes, simplemente me sorprendió verte en este bosque, es muy peligroso, ¿Sabes?
-          Estoy bien, pero si es tan peligroso,  ¿qué hacías  tú aquí?
-          Esto… es un secreto –  se puso blanco de nuevo, se le nota muy poco, pero era moreno de piel y eso hacía que se pudiera apreciar, seguramente yo me hubiese sonrojado… me preguntaba por qué a él nunca le había visto sonrojado… ¿no tenía nunca vergüenza?, estaba pensando paranoias, ¡le conocía de esta misma mañana! Aunque tenía la sensación de haber estado toda la vida junto a él.
-          Bueno si no me lo puedes contar no pasa nada… yo… - ahora si me había ruborizado…- me había perdido… por cierto ¿qué hora es?
-          Son las 3:30…
-          Mi madre debe estar preocupada, tengo que irme…
Me levanté, pero me volvía  a marear y me caí, por suerte me volví a quedar  sentada en vez de darme de bruces contra el suelo… Eduardo me ayudó a levantarme…
-          Será mejor que te acompañe a casa – dijo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (Capítulo 2)

Me costó casi media hora encontrar el instituto pero al fin estaba  allí… esperaba no llegar tarde, no, eran las 11:50, menos mal… además en estos diez minutos podía ver un poco como era… parecía bastante grade, esperaba no perderme…
Ahora que me fijaba, había una gran parte de aparcamientos… ¿este instituto también era universidad o es que allí la gente se saca el carnet antes de los 18?
-          ¡Hola! – dijo una voz a mi espalda, ¿era a mi? Lo dudé mucho, aquí no me conocía nadie… ¿o sí? – tú eres Elisa, ¿no?
-          ¿Cómo sabes mi nombre?- respondí sorprendida.
-          Hace tres días que no se habla de otra cosa, no suele venir mucha gente nueva por aquí… mi nombre es  Marce.
-          Encantada, yo soy Elisa… aunque ya lo sabes… - no pude evitar ruborizarme… o más bien ponerme como un tomate… ¿ha dicho tres días? Ay madre… que vergüenza… ¡y yo que quería pasar desapercibida!
-          Jajá, lo sé yo y todo el instituto, pero tú tranquila, nos han hablado muy bien de ti, te he visto mirando los aparcamientos… ¿tienes coche?
-          PERO SI TENGO 14 AÑOS…. ¿CÓMO VOY A TENER COCHE?
-          Aquí todo el mundo se saca el carnet a los 11…, ya lo conseguirás tu tranquila, ¿cuánto llevas intentándolo?
-          ¿A los 11?, ¡pero si siempre he oído que se saca a los 18 en cualquier sitio!
-          Es que en este pueblo somos de los pocos que se hacen excepciones… en 120 km, vayas por donde vayas no hay ningún sitio poblado, por eso se nos permite empezar a conducir antes… eso sí, cuesta bastante más que sacárselo a los 18, o eso dicen….
Riiing….
Sonó el timbre, aunque en esos instantes estaba alucinando… ¿a qué sitio me había traído mi madre?, ¡NO HABÍA NADA EN 120 KM! Esperaba que tuviera una buena explicación… sería mejor que entrase en clase, sino no iba a empezar muy bien el curso… esperaba no llamar mucho la atención… aunque lo dudaba mucho…
Por el pasillo conseguí pasar desapercibida, ojalá Marce hubiese exagerado cuando dijo que hacía tres días que se habla de mi… ahí estaba mi clase… respiré hondo, estaba muy nerviosa, parecía que me iba a dar algo, en ese instante solo deseaba que se hiciera un agujero en la tierra, me tragara y me llevara a mi antigua ciudad, que raro sonaba lo de antigua, la echaba mucho de menos pero no había pasado tanto tiempo… bueno sería mejor que entrara antes de que me pusiera a llorar, además ya llegaba tarde, esperaba que aquí no hubiera A.V.A* como en mi otro instituto… si no íbamos a empezar fatal.
Estaba abriendo la puerta, la abría muy despacio, asomé la cabeza… ¡qué ventanas más grandes, qué de luz entra! Me deslumbré, tuve que parpadear varias veces hasta que me acostumbré y pude entrar a la clase.
*A.V.A: castigo que consiste en quedarse sin recreo o una hora más después de las clases.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (Capítulo 1)

Ciertamente, no sabía  si hice bien en cambiarme de instituto, no conocía a nadie, pero a mi padre le tenían que destinar a otro país, puf, y a mi madre no se le ocurrió otra cosa que mudarnos a la frontera para, según ella, estar más cerca de él…
Ya era tarde para lamentarse… había sido un largo viaje, nada más y nada menos que doce horas en coche y lo peor de todo: mi madre conduciendo…, hacía apenas dos semanas que se había sacado el carnet… creo que fue el peor viaje de mi vida…
Lo único bueno era que al menos seguían hablando el mismo idioma, si no lo que me faltaba, tener que aprenderme otro más… ya iba a tener bastantes problemas para adaptarme a mitad del segundo trimestre como para encima no entender ni que me digan hola… lo que no comprendía es cómo mi madre había tenido tanta suerte de que me cogieran, normalmente hay que meterse desde el primer trimestre… aunque pensándolo bien prefería no saberlo… luego me llamarán mal pensada pero…
            - Elisa, ¿me quieres ayudar de una santa vez con las maletas.
      - Ya voy mamá…
Pero, ¿cuánta  ropa llevaba? Pesaba por lo menos treinta kilos, o más… además el clima era tan húmedo que no sabía si me iba a dar calor o frio mi ropa, porque nunca acierto… en fin, ya era demasiado tarde para lamentarse, y en lo que llevaba de mañana desde que habíamos llegado (que había sido hacía 10 minutos) ya había repetido esa frase dos veces… no era lo que se dice un buen comienzo…
Hombre, la casa no estaba mal, un chalet de dos pisos, con jardín… ¿qué más puede pedir una chica de ciudad que ha vivido toda su vida en un segundo piso de un barrio perdido? Aunque el pueblo no se puede decir que no esté perdido también… además, no había nadie por la calle… ¿nos habíamos  mudado a un pueblo fantasma?, lo que faltaba...
Sonó el teléfono en la otra habitación, bueno, al menos parecía que había una persona en el pueblo porque mi madre se acercó diciendo…:
       -  Era el director, dice que te acerques al instituto a las 12, llegarás a las clases después del recreo, pero piensa que es mejor que ir ahora…, por cierto vete preparando, son las 11:15.
        - Ya voy… ¿dónde está el instituto?

jueves, 15 de septiembre de 2011

Shiztrems - La gran batalla (Introducción)

La noche la estábamos pasando genial, entre anécdotas e historietas que contábamos, parecía que nos conociéramos de toda la vida. Eran las 12 de la noche aproximadamente cuando llegó el turno de contar mi historia….
- Bueno Eli, te toca… ¿cómo fue lo tuyo?...-dijo Marilyn.
No sabía muy bien por qué pero me daba mucha vergüenza hablar de ello pero esa noche las palabras salían solas de mi boca y cuando me quise dar cuenta estaba ya hablando sin parar.
 -  Bueno, pues recuerdo que era una noche en un pequeño prado del bosque del norte… estaba con él…, una gran luna iluminaba nuestros rostros, cara a cara, los dos muy cerca el uno del otro… podía sentir su respiración a menos de un centímetro de mi cara, cerramos los ojos y luego… no recuerdo nada más, simplemente me dieron por muerta y me enterraron, estaba asustada pero no podía gritar… estaba en un ataúd, bajo tierra, así que aunque hubiera gritado nadie me hubiese escuchado… entonces se hizo una intensa luz que se apagó enseguida cuando volvió a aparecer su rostro… era extraño que no tuviera miedo de él después de lo que había ocurrido la noche anterior… pero había algo, aun no sé el qué, tranquilizador en su impecable rostro…
- Bueno, vaya historia, ¿por qué no nos la cuentas desde que os conocisteis? – interrumpió Carmen.
-  Bueno vale…- respondí ruborizándome bastante- ahí va…