martes, 4 de septiembre de 2012

Shiztrems - La gran batalla (capítulo 11)


Llegó el viernes, fuimos a casa de Mario a la una y media para ayudar a preparar cosas, su mujer y su hermana estaban allí, ambas tenían mi edad, una se llamaba Marylin y la otra Carmen, nos hicimos amigas en ese mismo momento, y pasamos a íntimas con el paso de los años.
La fiesta fue fantástica y también nos quedamos al picnic. Conocí a todos y me cayeron bastante bien, excepto dos chicas, que eran primas, Lucía y Carla, ambas eran muy egocéntricas. Sinceramente pensaba y sigo pensando que yo a ellas tampoco les caí lo que se dice bien por tanto no me importó.
*** Dos años después***
Estaba realmente nerviosa, era nada más y nada menos que el día de mi boda con Eduardo. En cierto modo era muy precipitado y ambos lo sabíamos, pero también sabíamos que nuestro amor sería para siempre. Esto fue una de las principales razones que nos llevaron a casarnos.
La que costó más convencer fue a mi madre.
-          ¿Estáis locos? – había dicho – sois demasiado pequeños para casaros y además, tampoco lleváis tanto tiempo juntos. ¿Y si os dejáis de gustar?, ¿y si os perdéis muchas cosas por el hecho de casaros tan pronto?, ¿y si…?
-          ¿Y si cae un meteorito a la tierra y nos morimos todos? – le había contestado ya algo molesta por tantos “¿y si…?” – mamá, sé que te parecemos muy jóvenes para casarnos y todo eso pero aunque a ti te parezca poco, dos años juntos nos parece tiempo suficiente para tomar esta decisión, además sabemos que nuestro amor no se va a acabar así como así.
Eduardo parecía tener intenciones de explicarle lo del noveno hijo de la familia y toda esa historia pero una mirada mía le bastó para darse cuenta de que mi madre no lo entendería.
Pasó más tiempo del que me habría gustado hasta que mi madre terminó aceptándolo y respecto a mi padre… él se enteró cuando ya estábamos casados. Se enfadó bastante por no haberle avisado aunque él estuviera de maniobras en otro sitio y esas cosas pero bueno, eso es otra historia.
El tema de la boda fue mejor del que jamás hubiera imaginado:
Fue una boda de ensueño, y no es por exagerar. Se celebró en el mismo sitio en el que años atrás había sido la batalla, al ser mediados de primavera todo estaba lleno de flores y además media hora antes había llovido, y ahora había un sol espléndido, por lo que se había formado un enorme arcoíris muy brillante. Se celebró por la tarde, casi por la noche, así que cuando acabó fuimos todos a cenar a un bonito restaurante del pueblo vecino, mi madre quería que le hiciéramos un poco de guías, pues supuestamente ya habíamos estado allí, pero como no teníamos ni idea de donde estaban las cosas le pusimos la excusa de que ese día era nuestra boda y no nos apetecía y le bastó.
Poco a poco los invitados se fueron marchando y, cuando me despedí de Carmen, ésta me pasó una nota que leí al día siguiente y que decía:
“Cuando acabes de tu luna de miel, fiesta de chicas en mi casa, esta vez toca contar como nos convertimos en Shiztrems y tu iniciación a nuestro pequeño grupo, no te asustes, no es nada raro… será en mi casa. Besos de Marylin y Carmen. Pd: la casa es la de Carmen”

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